Todos los que trabajamos en el medio de las TI, podemos darnos cuenta como el mercado del software se mueve entre oleadas de trabajo, contrataciones y renuncias. Empresas y personas giran entorno a una industria que crece sin un patrón establecido, ni con un límite próximo.
En California entre 1848 y 1855 alrededor de trecientas mil personas se unieron a la aventura de la búsqueda de oro, con una gran diferencia de que el oro es un recurso limitado, mientras que el software cada vez que se explota se necesita mas, mas y mas, esto genera uno de los mayores motivos por los que en esta nueva fiebre la cantidad de personas que se suman a la profesión es superior, otra de las principales razones es que las barreras impuestas por la distancia han sido superadas gracias al teletrabajo y el avancé en las tecnologías de conexión, como las herramientas para las meetings y la velocidad del internet, volviendo al punto de la diferencia de números en los buscadores de oro entre la fiebre del oro del siglo XXI con respecto a la iniciada en el siglo XIX, según Evans Data Corporation la cantidad de desarrolladores de software esta por los veinticinco millones de personas, la mitad de la población total de Colombia y superior a la población de muchísimos países en el mundo.
Lo mas seguro es que el numero de personas que trabajamos en el proceso de creación de software sigamos creciendo y que el software siga envejeciendo, renovándose, y creándose, es por ese motivo que nosotros como mineros de la computación tenemos que tener la mente flexible al nacimiento y deceso de las diferentes metodologías, herramientas y tecnologías de trabajo, por ejemplo lo que hoy se considera una buena practica de desarrollo, quizás mañana no lo sea, lo que hoy se considera como la mejor manera de afrontar un cierto tipo de proyecto quizás mañana ya no lo sea, lo que hoy se considera el mejor framework o lenguaje para un tipo de programa definido, quizás mañana no lo sea.
Como en la fiebre del oro, estoy seguro que todos los que disfrutamos de este maravilloso mundo de la tecnología vemos como las migraciones masivas de talento se mueven entre una u otra empresa, como cuando una persona de cierta empresa cambia a una nueva y le grita a sus antiguos compañeros ¡oro,oro,oro!, lo que por lo general desencadena un grupo de renuncias.
¿Qué hacer? Se preguntan directivos, personal de recursos humanos, retención del talento y demás. En mi parecer individual, sin ninguna base estadística, escribiendo como desarrollador de software con mas de diez años de experiencia en el mercado, solo puedo pensar en disfrutar de este maravilloso viaje dure poco o dure mucho, solo puedo vislumbrar un futuro donde los mineros de la computación, los nómadas digitales, se mueven de mina en mina, dejando su marca personal, conociendo diferentes metodologías de trabajo y disfrutando de conocer muchas otras personas. A diferencia de las minas de oro, un minero digital no simplemente saca oro, al sacar oro deja mucho mas oro para que nuevos mineros disfruten también, por eso no se preocupen adáptense a la modernidad, formen culturas que se basen en la confianza y en el crecimiento, como el talento debe ser flexible a nuevas tecnologías, metodologías y herramientas, las empresas deben ser flexibles para adaptarse al mercado de talento y ofrecer ese camino que es recorrido por las personas.
Les dejo el nombre de algunas minas digitales en las que he aportado experiencias y conocimiento, de las cuales he recibido lo mismo en mayor magnitud, minas en las que he encontrado oro en las personas con las que he trabajado y en los aprendizajes que he interiorizado.
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