Tengo 26 años y un día comencé a sentirme estancada, de repente todo el mundo se estaba casando 💏, teniendo hijos 🤰, comprando casas 🏡, carros 🚗, viajando por el mundo 🗺️.
Y ¿yo?
🤔 ¿Qué diablos estaba haciendo? 🤔
De ahí salió una incógnita aún más grande, ¿Yo realmente quería eso que todos tenían o era más una presión social?, ¿quería o era necesario ese sentimiento de pertenecer a algo?
Entonces uno de esos días en que estaba checando los posibles 10 escenarios en los que en su mayoría terminaba sola, con al menos 10 gatos; me di cuenta de algo super importante, existen dos tipos de éxito en este mundo:
- El éxito convencional.
- El éxito personal.
Para que entiendan de donde salió todo el choro mareador que estoy a punto de escribirles, les voy a contar una parte de mi vida, mi meta era ser Tech Lead antes de los 30 años, así que estuve de empresa en empresa buscando algo que realmente no encontré en ninguna.
También estuvo la parte de que soy mujer en un mundo que es liderado por hombres, así que, en un unicornio naranja, mi berrinche fue cuando descubrí que los hombres ganaban el doble que yo, haciendo exactamente lo mismo, luego estuvo la batalla campal que tuve (en un startup que no quiero mencionar), porque no me querían dar aguinaldo.
Buscando por muchos lados, llegue a ese lugar que vende las motos con las que en su mayoría nos asaltan en el estado de México y ¡sorpresa! , me despidieron y no conformes me hicieron tener un ataque de ansiedad en ese proceso, finalmente estuve en una empresa llamada klu (Menciono el nombre, porque no es conocida, pero realmente me gustaría que sepan que no quieren trabajar ahí), en donde después de que un hombre me dijera que lo que se desarrolló en la aplicación móvil, realmente no era merito mío, pero que el junior que me dio era mejor que yo, pues me despidió cuando mi jefe directo se fue de vacaciones.
Nota mental: Aunque me encantaría decir que todas estas experiencias me las invento, tengo que decir que realmente me pasan y no esta chido vivir esas cosas.
En ese proceso de ir y venir, al estar sin trabajo, debajo de la ducha viendo mi teléfono (que se descompuso porque no era a prueba de agua), me llego un mensaje de alguien en twitter, que casualmente estaba buscando a alguien para trabajar por 3 meses en un proyecto, que seguramente no funcionaría y mi pregunta fue ¿Cómo alguien que se dedica al ambiente financiero, hará un cambio tan de repente hacia el ambiente de los call centers?
Y con todo el miedo del mundo dije “Jalo”, de un día para el otro pasamos de ser 3 personas contra el mundo, a ser un equipo de 6; entonces a mis 25, me volví Tech Lead (o Líder de proyecto En la parte de Front-End)
Entones descubrí algo, ser Tech Lead es lo mismo que el sueño que tuvimos todos de ser adultos, es una mentira.
Así que después de descubrir que no era lo que realmente quería, si no que estaba en una constante competencia por ser como mi hermano (Porque si, mi meta siempre fue ser como el) comencé a tomarme las cosas con un poco más de tranquilidad, después de 6 años de estudiar, trabajar y ser “Un modelo a seguir”, o “La hija que no necesita ayuda de nadie porque puede sola”, descubrí que lo que necesitaba en este momento de mi vida; era tener una definición sobre el éxito personal y el convencional; de repente deje de buscar la validación de las figuras paternas que tengo y los ataques de ansiedad comenzaron a disminuir, porque no estaba buscando convencer a alguien de que yo era buena en algo.
Ahora a mis 26 años, aprendí que todo el mundo va a un ritmo y no importa realmente lo que la sociedad o la familia esperé de ti, es mucho más importante que es lo que tú quieres y lo que realmente entra en tus metas personales.
Deje de pensar que todo es una competencia y no tengo porque ser la mejor en todo, pero culpo a Pokemon por enseñarme que debo ser siempre el mejor, mejor que nadie más…
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Escena odiosa... llegar a la adultez y tener que luchar contra el cinismo al que nos empuja esta vida ruin. Pero obligados a poner una sonrisa, ser creativos, ser icónicos y "crecer", crecer sin límite. El crecimiento es la obsesión de una sociedad que olvidó el silencio.